Folías
Las Folías canarias son los cantos regionales por excelencia, más antiguas que las isas y las malagueñas. Desde el siglo XIX, las parejas lo realizaban como un baile de amor.
En base a antiguas descripciones y por la forma de bailar de Los Viejos de Gáldar, se ve claramente como el romance de una pareja. En ella, los hombres no pueden tocar a las mujeres, bailando uno frente al otro, chasqueando los dedos y girando varias veces.
Origen de las Folías canarias
Con el paso de los años, estas danzas se han extendido por todas las Islas Canarias. Con sus lejanos orígenes portugueses, la música fue modificada a su paso por Andalucía en el siglo XVI para coincidir con las adaptaciones cortesanas de los bailes populares. Por lo tanto, dejará de ser la danza bufonesca portuguesa original y se irá perfeccionando gradualmente en nuestro folclore.
En el siglo XIX, apareció en los bailes de amor entre parejas, donde los hombres no podían tocar a las mujeres. Los bailarines se enfrentan, se mueven de un lado a otro, chasquean los dedos, se dan la vuelta y siguen mirándose, lo que se puede decir que es muy emotivo. El bajo del acompañamiento deja entrever que su origen no es popular.
Tipos de Folías
Sería imposible precisar los tipos que existen, porque hay tantas Folías como intérpretes que las cantan, aunque es cierto que cada isla tiene su carácter, forma y estilo propio. En Gran Canaria, la pieza se toca con timple y se baila de manera solemne. La folía no es solo una canción, es una expresión de emoción, por eso tiene un carácter tan especial.
¿Qué ritmo tiene la folía?
La Folía canaria utiliza un ritmo ternario (3/4), que es lento y sosegado. En todas las islas se encuentran variaciones de Folías, incluso con sutiles diferencias entre pueblos de una misma isla.
Se pueden distinguir diversos estilos de Folías por pueblos o entre diferentes interpretaciones instrumentales o vocales. Sin embargo, en ningún caso estas pequeñas diferencias impiden reconocer siempre los patrones únicos que todos los intérpretes y oyentes isleños comprenden.
Se puede decir que los intérpretes de la Folía utilizan los sonidos de su memoria para crear en cada momento su «propia» versión de ella, única para todas las interpretaciones pero comunes a sus raíces.
¿Cómo se baila la Folía canaria?
El baile de la folía tiene su origen en la danza cortesana, que se difundió y popularizó a partir de 1700. Se baila de forma elegante y muy sutil, siguiendo la tradición milenaria en que la mujer cambia de pareja y, tras una serie de pasos, vuelve con ella.
La coreografía comienza con un coro donde las parejas se enfrentan espalda con espalda con otras parejas. De este modo, bailan libremente alternando entre el exterior e interior del coro en ligeros desplazamientos laterales de cinco pasos.
El mandador es quien indica cuándo girar, siempre hacia la izquierda, para bailar con la pareja de enfrente. Y así continúan bailando hasta que el mandador vuelve a dar la señal de cambiar de pareja, repitiendo el movimiento y avanzando, dejando a los hombres fuera del coro y dando la vuelta hasta bailar con la nueva pareja.
Las folías canarias se bailan en grupos, pero son parejas sueltas e independientes. A la hora de bailar, no se puede salir a la pista hasta que los músicos dan aviso y es en ese momento cuando la pareja se enfrenta.
Mas tarde, hay una introducción musical en la que no puedes bailar hasta que no se da la voz de «Aires». En ese momento, el hombre da un paso adelante y le hace una reverencia a la mujer, quien retrocede para rechazarlo mientras sigue bailando, para luego cambiar de pareja. Cuando el hombre retrocede, ella da un paso adelante, como símbolo de reconciliación, pero sin contacto.